El acceso a la información, los contenidos especializados, la opinión sin censura y el “¿qué estás pensando?” ya no se atrincheran en sectores VIP, sino que se encuentran abiertos a todo público.
En la estructura capitalista adoptada por las sociedades del mundo, muchas veces sin más remedio, la idea de una transformación en la cadena de mando a la que todo individuo obedece, genera una única conclusión: el caos absoluto por la revolución de las masas.
Sin embargo, aquellos actores sociales que hasta hace poco no trascendían la periferia que rodea a las esferas de poder, hoy cuentan con caminos alternativos y atajos tecnológicos para hacer circular su mensaje.
David de Ugarte es español, economista por título académico, y explorador de los alcances de Internet por naturaleza. Su trabajo se materializa en movimientos como Ciberpunk español, una primer empresa, Piensa en Red, y la actual Sociedad de las Indias Electrónicas. Publicó además una serie de libros, entre ellos “11 M, Redes para ganar una guerra”, “De las Naciones a las redes” y “El Poder de las Redes”. En este último, De Ugarte desarrolla la idea de un vuelco de la información y sus destinatarios directos, desde una red virtual descentralizada hacia una distribuida. Es decir, de lo VIP al abierto al público. Y señala como ícono de este movimiento y primer medio de comunicación distribuido, a los blogs.
Con ellos, según el autor, se logra que un mensaje pueda llegar de un emisor a uno o varios receptores, sin intermediarios ni filtros; el objetivo primordial de una red distribuida.
Fue precisamente a través de estos sitios personales que se dieron a conocer datos poco convenientes para el poder político, de sucesos como el atentado terrorista ocurrido en 2004 en la ciudad de Madrid, y recordado como 11M.
El gobierno pudo manipular la información con los grandes medios, dueños de los puntos centrales a los que todo remite en una red descentralizada. Lo que no pudo frenar fue el avance de los blogs, los foros, los videos caseros y en tono de denuncia colgados en Youtube, ni de la historia de la tragedia en versión Wikipedia.
En consecuencia, estos espacios tejen una red distribuida, y la suma de sus fuerzas individuales dividen al poder concentrado. Al final del cuento, todos reciben su parte.
VF.-
En la estructura capitalista adoptada por las sociedades del mundo, muchas veces sin más remedio, la idea de una transformación en la cadena de mando a la que todo individuo obedece, genera una única conclusión: el caos absoluto por la revolución de las masas.
Sin embargo, aquellos actores sociales que hasta hace poco no trascendían la periferia que rodea a las esferas de poder, hoy cuentan con caminos alternativos y atajos tecnológicos para hacer circular su mensaje.
David de Ugarte es español, economista por título académico, y explorador de los alcances de Internet por naturaleza. Su trabajo se materializa en movimientos como Ciberpunk español, una primer empresa, Piensa en Red, y la actual Sociedad de las Indias Electrónicas. Publicó además una serie de libros, entre ellos “11 M, Redes para ganar una guerra”, “De las Naciones a las redes” y “El Poder de las Redes”. En este último, De Ugarte desarrolla la idea de un vuelco de la información y sus destinatarios directos, desde una red virtual descentralizada hacia una distribuida. Es decir, de lo VIP al abierto al público. Y señala como ícono de este movimiento y primer medio de comunicación distribuido, a los blogs.
Con ellos, según el autor, se logra que un mensaje pueda llegar de un emisor a uno o varios receptores, sin intermediarios ni filtros; el objetivo primordial de una red distribuida.
Fue precisamente a través de estos sitios personales que se dieron a conocer datos poco convenientes para el poder político, de sucesos como el atentado terrorista ocurrido en 2004 en la ciudad de Madrid, y recordado como 11M.
El gobierno pudo manipular la información con los grandes medios, dueños de los puntos centrales a los que todo remite en una red descentralizada. Lo que no pudo frenar fue el avance de los blogs, los foros, los videos caseros y en tono de denuncia colgados en Youtube, ni de la historia de la tragedia en versión Wikipedia.
En consecuencia, estos espacios tejen una red distribuida, y la suma de sus fuerzas individuales dividen al poder concentrado. Al final del cuento, todos reciben su parte.
VF.-
Verónica,
ResponderEliminartu post está muy bien.
Hasta el jueves!
María Noel